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Accedió a que la llevara, así que fuimos hasta mi moto y subí primero esperando a que se montara tras de mí, tenía un par de cascos, posiblemente en el garaje, pero no me molesté en ir a por ellos dada la naturaleza de ambos; ni entraba en mis planes tener un accidente, ni en el prácticamente imposible pero hipotético caso de que sucediera íbamos a salir muy mal parados por el hecho de no llevarlo puesto. Supongo que me sentía mucho más libre sin él y prefería conducir así, de modo que simplemente me puse unas gafas de sol antes de arrancar la moto en dirección al claro del bosque, donde me había indicado. Seguía sus instrucciones conduciendo a una velocidad relativamente lenta para mí, entre los árboles y por aquel camino bastante accidentado, no por lo complicado del trayecto, sino por alargar un poco más el viaje y poder disfrutar del contacto de su cuerpo contra mi espalda y sus brazos rodeando mi abdomen. De acuerdo, tal vez necesitase una novia con urgencia al fin y al cabo, ni si quiera era capaz de recordar cuándo había sido la última vez que había llevado a una chica en la parte trasera de moto y desde luego, había olvidado por completo que se sintiera tan bien.
Me detuve al llegar tras unos pocos minutos al claro del bosque, viendo divertido como ella bajaba primero dando tumbos y se acercaba a un montón de hojas donde al parecer debía de encontrarse su ropa. Yo mientras tanto me bajé de la moto con más calma y me quedé de pie junto a esta, tras quitarme las gafas de sol y cruzándome de brazos para mirar a Avery, que se giró hacia mí con su ropa en la mano.
-No pienso darte otro show sin ropa. No mires!.
Dejé escapar una pequeña y breve risa en respuesta, aunque sin ánimo de arriesgarme a comprobar de lo decía en serio o no, agaché la mirada fijando la vista en la maleza que había a mis pies. Aunque a los dos segundos o algo así la miré de reojo pensando que de todas formas, no vería nada que no hubiera visto ya y que era una tontería avergonzarse por ello, hasta el punto de que sin darme cuenta, había alzado la vista de nuevo por completo y me encontraba mirándola fijamente cuando se giró hacia mí ya vestida.
- No digo que no tengas buen gusto a la hora de vestir, pero en mi opinión mi chándal te quedaba mucho más sexy.
Bromeé sin poder evitar que aquello sonara con un doble sentido, pero es que en el fondo puede que fuera algo en serio; no había nada más atractivo que ver a una chica vestida con tu ropa, y mucho más si se trataba de Avery, con aquellos pantalones y camiseta cuatro tallas más grandes que le había dejado y que le daban un aspecto adorable.
-Puedes acercarme a la ciudad?
Preguntó, como si realmente se sintiera violenta por algo, a pesar de que yo no tenía ni idea de qué podía tratarse, porque dudo mucho que mi comentario la hubiera cohibido, o algo así... ¿no? En cualquier caso, me encogí de hombros sin cambiar lo más mínimo mi postura aún cruzado de brazos junto a la moto, como si no tuviera intención de montarme enseguida para llevarla.
- Creía que me ibas a contar qué es lo que corre tanta prisa - la miré alzando ambas cejas y dando a entender que yo ya había cumplido mi parte del trato, aunque fuera sólo a medias, y que ahora le tocaba a ella - no es por ser cotilla, pero tú misma dijiste que alguien iba a matarte y no sé hasta que punto puedo tomarme eso al pie de la letra, así que me gustaría algo de información antes de dejarte en las garras del lobo.
Me detuve al darme cuenta de lo que acababa de decir y la ironía que tenía eso último, y a pesar de que lo había soltado sin esa intención, me hizo gracia y dejé escapar una media sonrisa. Pero no, volví a ponerme serio enseguida, porque quizás no fuera algo que tomarme a broma si es que Avery tenía algún problema.
- Y bien, ¿qué es, unos padres controladores, tu jefe? ¿O debo preocuparme en serio? - insistí acercándome a ella al darme cuenta de cómo cambiaba de repente su expresión por algo que acababa de decir seguramente - no te preocupes, en cualquier caso me daré prisa, puedo dejarte en el centro en apenas cinco minutos... - dije enseguida intentando reconfortarla de algún modo y tomé su mano para tirar suavemente de ella y caminar hacia mi moto de nuevo, aunque antes de subir me detuve frente a ella y bajé la vista algo avergonzado, ni si quiera sé por qué, hacia mi mano que aún sujetaba la suya. Y entonces me fijé, aunque me costó unos segundos comprender lo que aquello significaba, o podía significar, realmente era bastante despistado para caer en la cuenta de ese tipo de detalles. - ¿Y esto? - Pregunté aún sin soltar su mano ni desviar mi mirada fija en aquel anillo que esperaba que no significase lo que yo creía.

- ¿Qué planes tenéis para hoy?
Nos preguntó Allie mientras salíamos de la casa y cruzábamos los pocos árboles del bosque que nos separaban de las calles de la ciudad; el Sunset no estaba demasiado lejos por suerte, pero nos esperaba un pequeño paseo hasta allí. Yo me encogí de hombros en respuesta, dando a entender que realmente no tenía nada pensado, y aunque así fuera, ¡estábamos hablando de Allie! Habría cancelado cualquier plan que tuviera, el simple hecho de pasar el rato con ella era mucho mejor que cualquier otra cosa.
– Yo tenia pensado ir a los recreativos o ir a la playa… ¿Qué os parece? Podemos ir después de los batidos- Oh Dios, sí: música para mis oídos, yo no habría podido pensar en un plan mejor que ese. - O tenéis miedo de que gane a alguna maquinita.
Bufé pensando ''ya, como si eso fuera posible'' e iba a hacer un comentario cuando mi hermana para variar fue más rápida respondiendo y se me adelantó.
- Yo creo que mi hermanito tiene miedo de que le ganemos - miré a Katia alzando una ceja igual que ella a mí, la diferencia es que ella me miraba algo así como desafiante en plan ''adoro fastidiarte'' y yo a ella incrédulo seguro de que no podía decir eso en serio. - La verdad es que para hoy teníamos pensado algo de entrenamiento pero creo que es mucho más divertido lo que tú nos estas ofreciendo.
Asentí a aquello, ahí mi hermana tenía toda la razón. Porque me gustaba entrenar, al menos la mayor parte de ejercicios a los que llamábamos entrenamiento y en los cuales destacaba por una vez en mi vida, y de todas formas entrenamiento a parte mi plan de encerrarme en mi cuarto a pasarme por tercera vez el Resident Evil o el nuevo Call of Duty mientras me cebaba a base de gusanitos y patatas fritas, aunque no era un mal plan, podía esperar si se trataba de pasar la mañana con Allie y Katia.- Oh si, será divertido daros una paliza en los recreativos - dije con sobrada autosuficiencia mirando a ambas de reojo y cruzándome de brazos mientras caminábamos - porque lamento informaros de que aún no ha nacido persona, hombre o mujer, japonés o no japonés, capaz de ganarme a los videojuegos.
Dije medio de broma, y sin ánimo de sonar racista o algo, pero es que los japoneses eran unos máquinas en todo y ni que decir que eran los dioses de los videojuegos... Después de mí, claro, no me había pasado casi dieciocho años de vida pegado a un montón de consolas y renunciando a tener una decente vida social para nada. Mi hermana y Allie podían ser más listas, más guapas, más divertidas o interesantes que yo, pero los recreativos sin duda eran mi territorio, mi reino.
- Así que podéis ir haciéndoos a la idea mientras llegamos, de hecho, ¿os gustaría apostar algo? - pregunté colocándome en medio de ambas y pasando un brazo alrededor de los hombros de cada una - por ejemplo, las perdedoras - dije recalcando el femenino de la palabra - le dan un masaje de hombros al ganador.

Se tomó su tiempo para contestar a mi pregunta, tiempo durante el cual no levanté la vista de mi mano que seguía sosteniendo la suya, aunque quizás sólo tardó un par de segundos en responder, la cuestión es que a mí se me hicieron eternos temiéndome oír algo que no quería.
-Un anillo.- dijo finalmente, y casi hizo que soltase una carcajada con aquello que en cualquier otra situación me habría parecido divertido. Ahora no. -Creo que deberíamos sentarnos.
Negué con la cabeza a la vez que fruncía el ceño al entender que aquello, aunque no era una auténtica respuesta a mi pregunta, confirmaba mis sospechas. Ella me empujó suavemente guiándome hasta la moto, de modo que tuve que soltar su mano y simplemente caminé hasta esta con total desgana y de forma pasiva, como si acabara de recibir un fuerte shock y la peor noticia del mundo. Creo que era mi cuerpo el que sobreactuaba. Y cuando me hizo girarme hacia ella para mirarla, entonces estuve seguro del todo de que no quería escucharla decir aquello en voz alta.
-No quiero que creas que te estoy ocultando las cosas, no ahora que empezamos a ser sinceros... Estoy comprometida Silas.- Y ahí estaba, lo que no quería oír, y que dicho por ella sonaba como si me acabase de abofetear. -Ya sabes pastel, vestido blanco, flores y musica melosa.
Asentí levemente, tratando de asimilarlo, a pesar de que no quería montar un drama por aquello por el simple hecho de que no debía, de que sería totalmente ridículo y de que no tenía ningún derecho a enfadarme esta vez. Así que reuní fuerzas para alzar de nuevo la vista hacia ella como si nada, como si eso no me acabara de sentar tan mal como me había sentado en realidad.
- Ah. Debiste decírmelo antes.
Murmuré, incapaz de decir cualquier otra cosa más inteligente. ¿Antes? Acabábamos de conocernos, al menos yo a ella, y era la primera vez que teníamos oportunidad de hablar, hasta hacía poco más de cinco minutos ni si quiera sabía su nombre y no era como si ella tuviera que ir por ahí en plan ''Hola, me llamo Avery y estoy comprometida'' pero supongo que me refería al hecho de que había pasado como dos semanas en mi casa y bueno... no sé, debió decirlo antes, antes de que estuviera tentado de besarla y de pensar que tenía alguna oportunidad con ella.
- Lo que quiero decir es... - suspiré, nada de mostrarme decepcionado o hacer aún más el ridículo, ya había tenido suficiente de eso por hoy, y lo último que quería es que ella pensara que había malinterpretado sus palabras de antes cuando dijo que yo le gustaba - Enhorabuena.
Añadí finalmente forzando una rápida media sonrisa antes de darle la espalda para subirme en la moto; si había ido hasta allí sin ninguna prisa y alargando lo más posible el trayecto, ahora mismo lo único que quería era irme cuanto antes, aunque dudo mucho que pudiera regresar al trabajo como si nada, por lo menos quería alejarme de Avery e intentar que mi vida volviese a la normalidad, olvidar lo que había sucedido desde el momento en que me había despertado hoy. ¿Quizás estaba dramatizándolo todo demasiado? Con un poco de suerte más tarde me tomaría un café, pensaría en todo esto con más calma, y no me parecería más que una tontería, o al menos tenía esa esperanza.
- Bien, entonces... ¿dónde quieres que te deje? - Pregunté al notar el peso en la parte trasera de mi moto y tensándome al sentir de nuevo el cuerpo de Avery contra el mio, sabiendo que esta vez no podía tomarme la libertad de querer acostumbrarme a aquella sensación, al menos no con ella.