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Pareció reaccionar al oírme decir aquello, y menos mal porque había pasado por mi cabeza el que pudiera estar inconsciente, o drogada, no sé cómo, pero teniendo en cuenta que tampoco sabía cómo demonios había llegado allí... Todo aquello era demasiado raro, y de no ser por el golpe que me acababa de dar hacía tan solo unos segundos, habría pensado que seguía soñando. Observé atentamente su reacción, cómo se movió rápidamente poniéndose en pie. Desnuda, completamente desnuda. Y yo, incapaz de procesar todo aquello me quedé mirándola literalmente boquiabierto y un tanto alucinado por la situación.
-Cierra los ojos!- gritó, y fue como si me hubiera dado un bofetón para hacerme reaccionar, giré rápidamente la cabeza desviando la mirada hacia otro lado. Pero ya era demasiado tarde, aquella imagen no abandonaría mi mente con tanta facilidad... Vamos, no es que fuera ningún pervertido, pero era un hombre, no un gilipollas, y tenía ante mí una mujer desnuda y he de reconocer, que bastante atractiva, aunque no viniera al caso ahora mismo. -Acosarte? ¿yo?
Preguntó de pronto sonando incrédula, ¡era yo quien debía de estar incrédulo! No era como si acabara de levantarme de SU cama, en SU casa y estuviera tapándome con SU almohada, sino todo lo contrario, pero por su tono cualquiera lo diría.
- Eres la única que se acaba de despertar en mi cama, así que: sí, tú.Le recordé tratando de echárselo en cara para que se diera cuenta de que me debía por lo menos, algún tipo de explicación.
-Mejor podrìas explicarme como demonios se supone que llegue aquí?.- podía haberme golpeado y posiblemente no me habría sorprendido más que aquello, incluso me mareé al oírla, ¿estaba jugando conmigo? -Acaso estabas intentado aprovechado de mí!? Me secuestraste o algo así?.- ¡venga ya, no me jodas! ¿Lo preguntaba en serio o se trataba de una mera actuación? Porque me parecía increíble, ¡y encima me alzaba la voz! La miré exasperado y con cara de ''¿se trata de una jodida broma?'' pero ella parecía seguir en sus trece -Puedes dejar de mirarme!!
Puse los ojos en blanco dejando escapar un bufido y tentado a recordarla que ya había visto todo, pero preferí evitar el tema y obedecí a regañadientes ladeando de nuevo la cabeza. Ahora que me acusaba de violador no quería darle motivos para que pensara que era un pervertido.
- Por el amor de Dios, tengo una psicópata en mi cuarto... ¿dónde está Jolie cuando la necesito?
Dije más bien para mí mismo, en un intento por descargar un poco toda mi frustración. Suspiré y me giré finalmente en dirección a mi armario, al darme cuenta de que ni si quiera llevaba pantalones y no me gustaba mucho discutir en ropa interior. Aunque teniendo en cuenta la clara desventaja de la chica en cuanto a ropa, no era para tanto. Saqué unos vaqueros y eché un vistazo en busca de algo más para ella, al menos para poder mirarla mientras le exigía una explicación.
- Ni te muevas - advertí percatándome de sus posibles intenciones de huir. No iba a dejar que se fuera tan fácilmente, dejándome intrigado, confundido y haciéndome sentir como un maldito desquiciado pervertido y tal vez violador con trastorno bipolar en el caso de que, por improbable que fuera e imposible que me pareciera, hubiera algo de sinceridad en sus palabras y no supiera cómo había terminado allí. Dios, es que de verdad era muy raro, más bien surrealista. - Puedes ponerte esto, es mejor que una almohada.
Le lancé una de mis camisetas de andar por casa y unos pantalones de chándal que pudiera ajustar aunque fueran grandes para ella, no era el mejor modelito para una chica, pero era algo. Y eso me hizo pensar que si su ropa no estaba por ninguna parte, al menos no de la habitación ya que no la había visto y ponía demasiado esmero en taparse con mi almohada, ¿cómo diablos había llegado hasta aquí? La única teoría medianamente razonable que se me ocurría era que estuviera completamente loca y acabara de escaparse de un manicomio. Bueno, quizás se hubiera fugado semanas atrás, ya que llevaba tiempo viéndola por la isla, pero era una posibilidad.
- Oye, si hay unos hombres de bata blanca buscándote, deberías ir con ellos. Solo tratan de ayudar.*
Dije sin poder evitar que aquello sonara a sarcasmo, a pesar de que lo había dicho totalmente en serio. Supongo que en mi cabeza sonaba menos ridículo, pero seguía casi convencido de que mi teoría era válida. Terminé de ponerme los pantalones y ladeé la cabeza hacia ella mirándola de reojo tan solo para asegurarme de si había terminado y que no intentara, yo qué sé, fugarse por la ventana con mi chándal. Le tenía cariño a esa ropa, y además, como buen ciudadano no podía dejar a una loca suelta por la ciudad.

Más que un hijo de Apolo, dios del sol y todo eso, parecía una criatura nocturna, durmiendo prácticamente todo el día, y haciendo vida de noche, no por salir de juerga y todo eso - que también -, era más que nada porque no llevaba demasiado bien el calor y menos aún con la humedad de la isla. Era un clima horrible que me daba ganas de buscarle un nuevo significado a la palabra veranear: hibernar por el verano, pasarme tres meses en la cama. Sin embargo, estaba visto que había alguien dispuesto a chafarme el plan: Aiden.
- ¡Despierta Rockstar!...¡sonríe para la cámara!- abrí un ojo lo justo para echar un vistazo a la hora en el despertador, ¿las nueve? Dios, ¿pero de verdad existía la vida antes de las once? Hasta ahora pensaba que era un mito, una mala pesadilla de mis tiempos de universidad... Las tres semanas más duras de mi existencia. Así que me giré en la cama intentando recuperar el sueño y dispuesto a ignorar a mi amigo, cuando, aún con los ojos cerrados los flashazos de su cámara comenzaron a molestarme, y no se me ocurrió otra cosa que soltar un gruñido y alzar un brazo moviéndolo a tientas como si eso fuera a espantarle o algo así.
- ¡ey! ¡ey! te lo advierto...si tomas represalias en mi contra estas fotografías acabaran en internet...y creeme, no creo que a tus fans les guste ver a su ídolo en este estado.
Conseguí incorporarme hasta quedarme sentado en la cama intentando dedicarle una fulminante mirada de odio que posiblemente en realidad se pareciera más a una cara de yonki resacoso. Y no, no tenía resaca y mucho menos me había metido nada, era simplemente mi cara de recién despertado por un mejor amigo demasiado madrugador. Seguro que todo el mundo tenía una cara como esa para momentos así.
- Vamos hoy es un buen día como para quedarse dormido, levántate y acompáñame a recorrer un poco los alrededores ¿vale?
Aun con los ojos entrecerrados intenté procesar poco a poco sus palabras, ¿acababa de decir algo acerca de correr? Mierda, mi cerebro funcionaba demasiado lento por las mañanas, le costaba arrancar. Pero no, creo que hablaba de dar una vuelta, lo cual me parecía ya algo más razonable. En cualquier caso el mejor plan ahora mismo me parecía quedarme en la cama hasta las tres de la tarde, o hasta las cinco, que al mediodía hacía demasiado calor.- Recuérdame que te regale un perro por Navidad. - Murmuré en tono algo ronco, porque ahora mismo mi voz era incapaz de nada mejor. Hice las sábanas a un lado y me quedé un momento sentado al borde de la cama, pensativo (lo cual tenía bastante peligro porque lo único que podía salir de pensar a estas horas recién levantado, eran filosofías extrañas como cuando te fumar alguna mierda rara) y demasiado perezoso. - Tal vez podamos convencer a Hero para que deje de ser el perro faldero de Merak, y así puedas sacarle a él de paseo.
Concluí finalmente, dándome por satisfecho con mi idea a pesar de que pensar en esos dos nada más levantarme no me ayudaba a estar de mejor humor, no porque tuviera nada contra ellos... Nada excepto que uno era un capullo arrogante y el otro tenía algo con mi Mel, lo cual no me hacía ni puñetera gracia. Pero bueno, me centro. Aiden. Levantarme. Vestirme.
- Me apetece un billar - dije pensando en voz alta poniéndome unos vaqueros que acababa de encontrar asomando por debajo de la cama y luego sacaba la primera camiseta negra que encontré en el armario, y no fue hasta que terminé de vestirme cuando me di cuenta que acababa de soltar una gran tontería, ¿quién juega al billar a las nueve de la mañana? Pff si es que no estaba acostumbrado a hacer vida a estar horas... - O un café. Para no seguir diciendo chorradas, ya sabes. ¿Estará el Sunset abierto?
Pregunté, aunque más bien lo que pensaba era: ¿hay alguien más despierto a estas horas a parte de nosotros dos?. Salí de la habitación delante de él, dejando escapar un enorme bostezo, aunque ya estaba algo más despierto por el simple pensamiento del café o incluso uno de esos batidos que servían allí, tampoco me vendría mal algo de azúcar.
- Además, puedes hacer fotos por el camino, aunque dudo que sean mejores que las que acabas de sacar - bromeé en tono de autosuficiencia, entonces recordé que tenía que hacer una parada en el lavabo antes de nada, le hice una seña para que me esperase y tomé un par de minutos para lavarme la cara e intentar domar un poco mi pelo revuelto sin mucho éxito. Bah, si el que es guapo... Que daba igual. - A lo mejor incluso podríamos pasar por la casa Kouris de camino. Aunque no sé hasta que punto Kassandra podía pensar en mí como un acosador si nos ve por allí de nuevo.
Hice una mueca al salir, retomando la conversación con otra de mis disparatadas ideas. A veces incluso me sorprendía como Aiden me dejaba que le arrastrase de vez en cuando a hacer alguna que otra tontería conmigo, pero en fin, supongo que eso hacían los buenos amigos; él me aguantaba y a cambio, a mí me tocaba madrugar, no era del todo un mal trato.