● 1х01 delιrιυм

Iba casi un mes ya de haberme enterado que tenía otro hermano perdido, y pues luego de comprobar que decía la verdad, tomé la decisión de darle la oportunidad y poco a poco ir entablando una relación con él, cosa que no le había gustado para nada a Leah, pero la verdad es que yo no entendía cuál era su problema, no era hermano de ella, así que si su frustración era por no cometer incesto, pues yo no veía la complicación... en fin, allá ella y sus humor de mil demonios, aunque ambas compartíamos ese humor últimamente, pues entre nosotras las cosas estaban un poco tensas, por cualquier estupidez terminábamos discutiendo, y ya me estaba cansando de lo mismo.

Pero hoy! hoy era noche de fiesta, y aunque no es que me desviviera por celebrar a los dioses como las divinidades que supuestamente son, cualquier excusa para salir de fiesta era buena en estos momentos y así, liberarme de tantos problemas familiares que antes en mi vida jamás había tenido. No me reventé la cabeza ni el bolsillo, aunque pude haberlo hecho, en comprar antifaz ni vestido, una camiseta blanca era todo el atributo que le iba a dar a los dioses.

Y para empezar la fiesta, me fui a un puesto cercano que tenía un pequeño bar, pedí un shot de tequila con limón y sal que me tomé enseguida para comenzar y luego ya un trago dulce para asentar y disfrutar poco a poco. No había terminado ni la mitad de mi trago cuando un chico con antifaz muy elegante se acercó a mí, -Disculpe señorita…¿bailaría con un desconocido?- le miré con una ceja alzada, esa voz me era tan familiar y la figura también, pero con la oscuridad y la música, me estaba costando reconocerle... Sonreí de lado pícara y orgullosa, - Parezco el tipo de chica que bailaría con un desconocido? - y me acerqué a su oído suavemente susurrando - O parezco el tipo de chica que va directo al grano? - el aroma de su perfume me indagó de tal manera que le había reconocido finalmente, Alex! hacía ya meses que no sabía nada de él, desde su última visita a Grecia y a la vez, nuestra última pelea, pero siempre era bueno ponerse al tanto con viejos "conocidos" y cometer los mismos exquisitos errores. Me hice la que aún no sabía quién era y estreché su mano con fuerza y delicadeza a la vez, - Kalliopi - dije presentándome, esta sería una mejor fiesta de la que pensé, un muy divertido juego estaba a punto de empezar.

-Alex, un placer- me respondió besando mi mano como todo un caballero seductor, y es que lo era, era una de las cosas que siempre me derretían sobre él, -Parece una mujer segura de si misma, que sabe lo que quiere… y que lo consigue- dijo respondiendo a mi pregunta, y me pareció la respuesta perfecta, pero es que a la vez, él me conocía, así que no eran puras habladurías para tratar de conquistarme, él conocía muy bien todo mi ser, en todos los sentidos, - Bien señoría Kalliopi ¿Acepta bailar con este desconocido? - dijo tomándome por la cintura y acercándome a él, cosa que me mató, sentirlo tan cerca de mí nuevamente, me hizo recordar meses atrás cuando habíamos estado juntos en casi toda su visita a Grecia, y hasta olvidar por completo el por qué habíamos discutido. - Soy toda suya, señor Alex - dije casi suspirando en su oído, haciéndole recordar esos momentos íntimos en los que le susurraba exactamente lo mismo. Nos unimos a las demás personas que bailaban y comenzamos a bailar, un poco más lento que el resto de las personas a nuestro alrededor, puse mis brazos alrededor de su cuello y llevé mis manos a su nuca, donde me encontré con las cintas que amarraban su antifaz y las solté suavemente, tomando el antifaz con mi mano derecha descubriendo su rostro, y con mi mano izquierda acaricié su mejilla con delicadeza, - Había extrañado tener tu rostro tan cerca del mío... - y sin pedir permiso, llevé mis labios a los suyos besándolo suave y seductoramente para separarme sólo unos milimetros y morder mi labio inferior coquetamente esperando su reacción ante mi atrevimiento.